jueves, 16 de abril de 2015

PROYECCIÓN DE "LA MOCHILA INVISIBLE" Y COLOQUIO

PROYECCIÓN Y COLOQUIO

Dentro del XIII Festival de Cine y Derechos Humanos se va a proyectar en la Casa Cultura de Loiola el film "LA MOCHILA INVISIBLE", de Laura Hernández Vela. Se trata de un documental sobre tres mujeres extranjeras en prisión. Después de la proyección, habrá un coloquio con  con Laura Hernández Vela (directora), Katia Reimberg (protagonista) y Soraya Ronquillo (productora).

PROYECCIÓN DEL FILM "LA MOCHILA INVISIBLE" (2015) + COLOQUIO
LUGAR: CASA CULTURA DE LOIOLA
FECHA: JUEVES 16 DE ABRIL
HORA: 19:00 H.

Sinopsis:
Katia Reimberg es de Sao Paulo (Brasil), tiene 36 años y lleva siete en España. Fue condenada a cuatro años de cárcel, y tras pasar quince meses en la prisión donostiarra de Martutene, “encerrada, sin ninguna visita porque no cuento con ningún familiar aquí”, relata,  se acogió al régimen abierto que permite a los reclusos salir de prisión durante el día y regresar para dormir. Tras seis meses así, salió de prisión, pero ahí no acaba su condena.  “Ahora mismo estoy sin papeles, porque para conseguir los documentos tengo que esperar a cumplir los cuatro años de condena”, explica. Esto dificulta su acceso laboral “soy ilegal, no existo aquí, entonces no puedo trabajar”, se lamenta.
La historia de Katia Reimberg es una de las tres que se narra en el documental ‘La mochila invisible’, un trabajo en el que se encuentra inmersa la Asociación Bidez Bide para visibilizar las dificultades a las que tiene que hacer frente este colectivo. Soraya Ronquillo, presidenta de la asociación, considera que los documentales pueden ser un instrumento pedagógico “potente” porque “hacen visibles realidades que a muchos medios masivos de comunicación no interesa”. Ronquillo se refiere “a las mujeres de origen extranjero que han tenido experiencia carcelaria  y se encuentran en una situación de desprotección y más vulnerabilidad” y no pueden mejorar sus condiciones en igualdad.
Katia rememora el tiempo que ha pasado en la cárcel, donde las diferencias ya son evidentes, “dentro se forman grupos, las gitanas, las argentinas…”, y una vez en la calle la desigualdad se traslada a otro ámbito, es como tener a toda la sociedad en contra. “Esta etiqueta social pesa bastante al salir”, se lamenta, “cuando tú has tenido una experiencia carcelaria, nadie te va a dejar que cuides de una persona”, pone como ejemplo. Katia ha encontrado en la asociación un espacio en el que colaborar y tirar hacia adelante, fuera de ahí, ve el futuro con inquietud, porque su situación administrativa le deja “al margen”.
La joven ve en este proyecto una oportunidad de visibilizar todas estas situaciones a las que se tiene que enfrentar porque considera que gran parte de la sociedad “por desconocimiento, o por falta de espacio” da la espalda a esta realidad, aunque “estamos más cerca de lo que la gente cree”. Soraya Ronquillo detalla “si para las autóctonas enfrentarse a la sociedad después de la cárcel es difícil, imagina para las extranjeras”.




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