Más que cruzar los dedos, en loiola nos tiramos de los pelos por lo desastre del tema de las obras del topo, la eterna y nunca realizada boulevarización de la travesía de loiola, el problema para aparcar...
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EN LOIOLA CRUZAN LOS DEDOS
Los vecinos de Loiola siguen de reojo un litigio que puede complicarles la existencia. El Ayuntamiento negocia estos días un alquiler con los propietarios del terreno situado frente a la casa de cultura sobre el que se creó el principal parking del barrio. Desde 2005 existen allí 83 plazas para coches y un parque infantil que ahora corren el riesgo de desaparecer porque una sentencia obliga a la ciudad a devolverlo a sus dueños.
Hace casi una década ambas partes firmaron un acuerdo de cesión gratuita del solar, con el compromiso del Consistorio de liberarlo a los tres años. Una vez vencido el plazo en 2008, la propiedad reclamó la devolución del terreno «o que subsidiariamente se estableciera un arrendamiento», pero no se llegó a una entente, según explica Gonzalo Arrúe, de J. Múgica Abogados. Tras «muchas llamadas y visitas infructuosas» durante los siguientes años, los dueños decidieron presentar una demanda en los tribunales y la Justicia les ha dado ahora la razón.
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Además de recuperar la parcela, recibirán una indemnización de 13.000 euros que consideran «insuficiente», por lo que han recurrido la sentencia. El Ayuntamiento optó por no recurrir y ha contactado con los propietarios para negociar un alquiler mensual. La pasada semana se celebró la primera reunión en Igentea entre Arrúe, representante legal de la propiedad, y el responsable de Hacienda, Jabier Vitoria, y las posturas quedaron claras.
El gobierno municipal pretende mantener un espacio vital para un barrio que ya sufre serios problemas de movilidad y aparcamiento, pero no a cualquier precio. Los dueños, por su parte, «no desean perjudicar a los vecinos», aunque tampoco están dispuestos a entregar el solar a cambio de nada. De que sean o no capaces de encontrar un punto de entendimiento dependerá el color del futuro inmediato de los conductores loiolatarras.
¿Hasta dónde podrían ceder unos y otros? Un repaso a los antecedentes ayuda a resolver esta cuestión. En 2011 la propiedad planteó una renta mensual de 2.500 euros, ante lo que el departamento municipal de Patrimonio argumentó la «imposibilidad» de hacer frente a esa cantidad, que supondrían 30.000 euros al año. Entonces se puso en marcha la reclamación judicial y para cuantificar la indemnización los demandantes partieron de una mensualidad de 1.500 euros.
Al final, el juez ha establecido la indemnización en 250 euros mensuales (desde enero de 2008 suman los 13.000 euros que dicta la sentencia), cálculo para que el toma como referencia dos acuerdos del Ayuntamiento con la UPV de 443 y 674 euros por sendos terrenos de más de 4.500 metros cuadrados cada uno, mientras que la parcela ocupada en Loiola es de 1.720 metros cuadrados.
«En el estado en que estaba»
Esta valoración no tiene en cuenta -advierte Arrúe- una realidad que diferencia ambos casos. «El Consistorio se ha gastado cerca de medio millón de euros en acondicionar estos aparcamientos y la UPV puede usarlos para sus autobuses. Además, a los dos o tres años revertirán en la universidad. Es cierto que la UPV percibe poca renta, pero se hace con un parking cuando antes sólo tenía un pedregal», subraya el abogado, quien recuerda que en el documento de cesión gratuita de 2005 a 2008 se especificaba que el solar debía ser devuelto «en el estado en que estaba», es decir, sin asfalto ni columpios. Para no llegar al extremo de tener que levantar el asfaltado, lo más «lógico» sería alcanzar un acuerdo de alquiler «justo», como es voluntad de los dueños.
«Nuestra idea es la misma desde hace cuatro años. Se cedió la parcela a la ciudad de forma totalmente gratuita, algo poco habitual, y luego el Ayuntamiento siguió ocupándola otros cinco o seis años. Si nos hacen un planteamiento razonable, lo atenderemos», asegura el abogado de la propiedad.
A pie de calle, los vecinos cruzan los dedos para que la moneda caiga de su lado y el barrio logre mantener su principal parking. Desde la asociación Urumea Ibaia, Igor Alonso advierte de la situación crítica que se generará si desaparecen estas casi noventa plazas para coches. «Desde que pusieron OTA en Riberas de Loiola muchos conductores vienen hasta aquí porque no se fían del aparcamiento disuasorio que hay bajo los tableros de la Variante. Dejan el coche y se van al Centro o Amara a trabajar. No entramos a valorar la sentencia y entendemos la postura de los dueños defendiendo lo suyo, pero no queremos ni pensar qué pasará si el Ayuntamiento no es capaz de acordar una renta para mantener este parking».
Diario Vasco - 25-10-2014 Jorge F. Mendiola
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