jueves, 2 de enero de 2020

ADIOS A UN 2019 PÉSIMO PARA LOIOLA, ONGI ETORRI 2020


ADIOS A UN 2019 PÉSIMO PARA LOIOLA, ONGI ETORRI 2020 

Feliz año nuevo a todos los loiolatarras, seáis del barrio de nacimiento, los que habéis llegado para quedaros, los que estáis de paso, los que siendo del barrio vivís fuera, los que por cualquier razón simpatizáis con el barrio... os deseamos a todos lo mejor para el 2020.

  Echando un vistazo al recién finalizado año 2019, se puede deducir que no ha sido un buen año para el barrio. Más bien malo. O muy malo. Un año en el que no se ha celebrado la clásica fiesta en torno a la hoguera de San Juan, un año en el que no se ha colocado el tan imaginativo belén de peluches, o un año en el que casi nos quedamos sin fiestas del barrio, no puede considerarse un año bueno. Y todo ésto ha ocurrido en el año finiquitado. No es ésto una crítica a los que tanto trabajan para organizar éstos actos, todo lo contrario, cuando algo no se celebra es cuando más se valora todo el trabajo que realizan para llevar a cabo la organización de éstas actividades. También es cierto que no dan muchas ganas de lanzarse a organizar nada si después el apoyo del barrio, la participación de la gente o el agradecimiento es tan escaso, inexistente en muchas ocasiones. El barrio se nos está muriendo y sólo los que vivimos en él podemos salvarlo.

  Tampoco ha sido un buen año para el comercio del barrio. Acaban de cerrar negocios de los de toda la vida, como la ferretería Olasagasti o el Bar Ione. Feliz jubilación a los responsables, os lo habéis ganado, y gracias por haber aguantado en el barrio tanto tiempo. Lástima que no haya relevo para que sigan los negocios en marcha. El pequeño comercio sobrevive a duras penas y cada vez se cierran más tiendas. Pero si queremos que siga habiendo comercio en el barrio, la clave es bien simple: consumir en el barrio. Bares, tiendas, negocios y restaurantes sólo permanecerán en el barrio si hacemos uso de ellos. Si no lo hacemos, de nada sirve lamentarse después. 

  Otro tema para que el año haya sido malo a rabiar es el de la travesía de Loiola y el estado permanente de "en obras" en el que estamos. Se construyó la estación del topo (después de mucho sudor, protesta y reivindicación), asfaltaron la parte inferior del viaducto del topo, pero quedó la parte de la travesía de loiola desde la estación hasta la rotonda de Riberas de Loiola señalizada con "barreras" rojas y blancas y señales amarillas de obras, y así sigue. No, perdón, así no sigue. Ahora los barreras están muchas desperdigadas en el suelo, otras muchos desplazadas por el viento, señales que eran temporales llevan camino a convertirse en elementos históricos del barrio, las medianas de la travesía están absolutamente descuidadas... si uno que no conoce la zona viene en coche por el paseo de Zorroaga, nada más pasar la rotonda de riberas y entrar en la travesía piensa que en éste barrio dejaron alguna obra grande sin finalizar, del mal aspecto que tiene la zona. Los obreros se largaron y dejaron todo a medias, pensaría.Como el tema de los materiales de obra que hay cerca de la variante, al lado de Ciudad Jardín. Ahí los dejaron, ahí están y ahí estarán, que al fin y al cabo ésto no es un barrio turístico y qué más da que se vea feo.





  Y todo a la espera de que por fin arranquen las obras de la travesía, ya no sabemos si con parking o sin él , ha habido tantos proyectos, tantas consultas, tantas mentiras, que ya no importa, por favor que lo hagan de una vez y arreglen la zona, ya está bien.  Eso sí, en el balance de fin de año y la presentación de los proyectos a realizar en 2020, cómo no, el alcalde volvió a sitúa a Loiola y la travesía como uno de los puntos clave a realizar, igual que lo era el año pasado, y el anterior. Se les debería caer la cara de vergüenza.

  En fin, un año más, un año menos, aupa loiola eta loiolar guztiak, urte berri on denori.