La noche del viernes al sábado nos despertamos en Loiola con ruidos de disparos, gritos, sirenas de ertzainas y ambulancias. Esta es la crónica del DV de lo sucedido:
«Voy a matar a todo el mundo»
Un hombre hiere a su exmujer y a un ertzaina tras atrincherarse con una escopeta en su casa en San Sebastián. El agresor, de 48 años, fue detenido después de que efectuase unos veinticinco disparos
¿Que pasó por la cabeza de Enrique para que la
emprendiera a tiros desde el balcón de su casa?, se preguntaban los
vecinos del barrio donostiarra de Loiola. «Estamos extrañados, nunca le
habíamos visto agresivo», explicaron.
Los primeros disparos sonaron de madrugada. Luego les
seguirían otros muchos, cerca de treinta, afirman algunos testigos. La
balacera se saldó con dos heridos, un agente de la Ertzaintza y la
exmujer del agresor. La vida de la expareja no corre peligro alguno,
pero el estado del agente es grave como consecuencia de la cantidad de
sangre que perdió. El autor de los tiros fue detenido después de
permanecer cerca de tres horas atrincherado en su vivienda. «Al final,
los policías le convencieron para que abriera la puerta. Lo hicieron muy
bien, con mucho tacto», explicó una vecina.
Todo comenzó en torno a las dos y media de la madrugada,
en el cuarto piso del portal 12-14 del calle Plazaburu, en el barrio de
Loiola. En el domicilio se encontraba en aquel momento sólo el autor de
la agresión, Enrique B., de 48 años.
Testigos presenciales relataron que el hombre llamó
exaltado por teléfono a su exesposa, de la que lleva separado varios
años, y le manifestó su intención de «matar a todo el mundo». La mujer
puso los hechos en conocimiento de la Er-tzaintza y advirtió a los
agentes de que su expareja, además de hallarse muy alterado, se
encontraba armado con una escopeta de caza.
El Departamento de Interior del Gobierno Vasco informó de
que al lugar de los hechos se desplazaron varias patrullas que
contactaron con la mujer. El agresor recibió a los agentes arrojándoles
diversos objetos desde el balcón de su casa, entre ellos una bicicleta y
un tenderete para colgar la ropa. Los ertzainas lograron acordonar la
zona y dieron instrucciones a los vecinos para que permanecieran dentro
de sus domicilios y que ni siquiera se asomaran a las ventanas.
En la pierna
En los instantes posteriores, los policías, entre ellos
el jefe de una patrulla, pudieron llegar hasta el descansillo del cuarto
piso, desde donde mantuvieron una primera conversación con el
individuo. No pretendían otra cosa que lograr que se tranquilizara y
depusiera su actitud.
Sin embargo, según fuentes de Interior, en aquel momento,
el agresor entreabrió la puerta, asomó el cañón de la escopeta y
efectuó un disparo a bocajarro que alcanzó a uno de los agentes en una
pierna, justo por debajo del chaleco antibalas.
Los perdigones le produjeron daños en una arteria de la
que comenzó a manar sangre a borbotones. Dada la gravedad de la lesión y
ante el temor de que pudiera sufrir un shock, compañeros del herido
trataron de controlar la hemorragia y posteriormente le bajaron en
volandas desde el cuarto piso hasta la calle.
El agente herido, Ixai P.H., de 29 años, con domicilio en
Vitoria, perteneciente a la XXII promoción de la Ertzaintza y que se
encontraba en prácticas, fue trasladado al Hospital Donostia, donde se
le apreciaron lesiones graves en la arteria femoral.
El policía fue sometido a una intervención quirúrgica que
se prolongó durante cuatro horas y precisó una transfusión de cinco
litros de sangre. Según los facultativos que le atienden, las próximas
24 a 48 horas serán decisivas para conocer su evolución, indicó
Interior.
Tras el disparo, Enrique B. se atrincheró en su casa y
desde el balcón realizó entre veinte y veinticinco disparos, alguno de
ellos con bala, contra los vehículos patrullas y las personas que en
aquel instante se encontraban en la calle.
Uno de los tiros con perdigones alcanzó a su expareja,
quien también fue evacuada al Hospital Donostia, aunque con lesiones de
menor gravedad.
La crítica situación que se vivía en el lugar obligó a la
Ertzaintza a movilizar a su Grupo de Intervención. Efectivos de esta
unidad especial desplegaron incluso francotiradores por si el agresor
volvía a salir al balcón para disparar contra los vecinos.
Un 'negociador' del grupo logró contactar con él y tras
mantener conversaciones telefónicas que se prolongaron durante cerca de
una hora consiguió que se entregara. Sobre las 5.20 horas de la
madrugada, Enrique abrió la puerta de su casa y pudo ser reducido.
Detenido en 1995
El episodio generó una gran conmoción en el barrio
donostiarra. Los vecinos se encontraban impresionado por lo sucedido.
Ayer no hubo otro tema de conversación entre ellos.
Tras el suceso, las escaleras del inmueble quedaron
manchadas de sangre. Frente a la puerta de la casa en la que el agresor
se hizo fuerte había un charco que manchaba todo el descansillo.
El Departamento de Interior informó de que el arrestado
estuvo ingresado en prisión por otro delito cometido en 1995. Se trata
de una persona de carácter muy agresivo que anteriormente ya había
amenazado con el arma de fuego.
El consejero de Interior del Gobierno Vasco, Rodolfo
Ares, manifestó que su departamento se personará ante los tribunales
para ejercer la acusación contra el Enrique B. y conseguir que sobre él
«caiga todo el peso de la ley».
Ares se desplazó al Hospital Donostia, adonde acudió
acompañado por el viceconsejero vasco de Seguridad, Miguel Buen, y
varios mandos de la Ertzaintza para interesarse por el estado de salud
del policía herido.
El consejero explicó que «las próximas 48 horas serán
decisivas» para el ertzaina, al tiempo que expresó su agradecimiento a
todo el personal sanitario que le ha atendido «con mucha eficiencia».
Ares trasladó todo su «apoyo, respaldo y cariño» en unos momentos «tan
difíciles» al herido, a sus familiares y a su novia que también es
ertzaina.
El detenido estaba siendo sometido ayer a un reconocimiento psiquiátrico para conocer si padece alguna patología mental.
DV Javier Peñalba 18-12-2011
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