lunes, 14 de octubre de 2013

DERRIBOS EN TXOMIN ENEA

LA GRUA DERRIBA PADRE ABARZUZA
Las máquinas comenzarán el lunes a demoler las viviendas de Padre Abárzuza, los pisos de Txomin Enea más afectados por las inundaciones que se vendrán abajo para dar lugar a un nuevo barrio en esta zona de la vega izquierda del Urumea.
No es el primer derribo en Txomin, pero sí el de mayor envergadura y quizás el más simbólico por las efectos provocados por las inundaciones de 2011 para sus últimos moradores. Las demoliciones comenzaron en julio con el caserío Antzieta Berri, pero la entrada de la grúa en Padre Abárzuza visibiliza que la operación urbanística de Txomin Enea, aunque está rodeada de incógnitas, no tiene vuelta atrás. La actuación prevé transformar el actual barrio en uno nuevo a una cota 3,5 metros superior para blindarse frente a las crecidas del Urumea. Se derribarán numerosas viviendas y se construirán 1.300 nuevos pisos en dos fases. En la primera fase se contemplan 424 VPO de alquiler, 130 tasadas, 281 viviendas libres y 106 inmuebles de realojo, donde irán a vivir los propietarios de Padre Abárzuza. Casi una treintena de estas familias ha estado residiendo en estos pisos hasta la pasada primavera, cuando fueron trasladados a viviendas de protección en el barrio de Morlans.
El derribo de las casas de Padre Abárzuza es un paso necesario para avanzar en la construcción del nuevo barrio. El material derribado se utilizará en las obras de urbanización del nuevo Txomin. Para subir la cota 3,5 metros hay que utilizar millones de metros cúbicos de tierra y escombros. También se utilizarán las tierras que se obtengan de la excavación de la estación de autobuses, en Atotxa, una obra que entrará en harina en los próximos meses.
Con los derribos de Padre Abárzuza las siguientes claves a despejar en el expediente de Txomin Enea son la entrada del Gobierno Vasco en la operación -cuántas viviendas promoverá el ejecutivo autonómico- y el concurso de las obras de urbanización del nuevo barrio. El Ayuntamiento está interesado desde hace años en la participación de Lakua en la operación urbanística porque aligerará la carga económica que tenga que soportar la administración municipal.
El Ayuntamiento ofertará los rendimientos de la vivienda libre y de la tasada a la promotora que se encargue de realizar los trabajos de urbanización. Pese a todo, el municipio tendrá que poner encima de la mesa unos 32 millones de euros para que el trabajo salga mínimamente rentable a las constructoras. La urbanización es una operación complicada porque Txomin Enea está construido sobre terrenos arenosos que obligan, previamente a la construcción de nuevos edificios, a aportar material y dejarlo reposar durante al menos seis meses.
Las 350 viviendas de la segunda fase dependerán del proceso de demolición y traslado de la cárcel de Martutene a Zubieta, una operación que según las últimas previsiones se culminará en 2017.
Por otra parte, la Junta de Gobierno del Ayuntamiento dio ayer el primer paso administrativo para levanta la suspensión del Plan General de Ordenación Urbana en Martutene, un trámite que permitirá dar luz verde en los próximos meses a «los trabajos de encauzamiento del río, el desmontaje del actual puente y la posterior construcción del nuevo», según explicó el concejal de Urbanismo, Ricardo Burutaran. Durante los últimos meses se han introducido propuestas de los vecinos y de la asociación Kalapie que han sido consensuadas con URA. El documento contiene la ordenación pormenorizada de la zona de Portutxo.
Aingeru Muinguía - Diario Vasco - 13-10-2013




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