domingo, 27 de octubre de 2013

TXOMIN SE REENCUENTRA CON EL URUMEA

Los domingos es el día de los artículos en los periódicos, y últimamente se prodigan los referidos a Txomin y sus proyectos. Aunque lo que los vecinos del barrio esperan son más soluciones y menos propaganda. 
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TXOMIN SE REENCUENTRA CON EL URUMEA
El río como oportunidad de vida y no como problema. Los términos Txomin Enea y Urumea no se han llevado históricamente bien. Un proyecto trata de reconciliarlos. Es el parque fluvial. Los temores que durante décadas han padecido los vecinos de esta zona por las cíclicas inundaciones tienen fecha de caducidad. En los próximos años la transformación urbanística de este barrio, iniciada símbólicamente esta semana con el derribo de las viviendas de Padre Abárzuza, y las actuaciones que acometen las instituciones en el conjunto de la cuenca, permitirán transformar la ribera en un lugar accesible, un ámbito de esparcimiento y de ocio, un espacio que invitará a acercarse al agua y disfrutar de la naturaleza.
«Va a ser una gozada vivir aquí». La frase la pronuncia el concejal de Urbanismo, Ricardo Burutaran, para la realización de este reportaje. Cualquiera lo diría, después de escuchar a los miembros de la familia Esparza relatar esta semana, cuando se procedía al derribo su antigua vivienda, el pavor que reinaba en el barrio cada vez que había una crecida en el Urumea. Pero décadas de trabajo en el planeamiento urbanístico de Txomin Enea, el avance de las actuaciones del Plan contra las inundaciones del Urumea (entre ellas la sustitución de varios puentes entre Hernani y San Sebastián), y la aprobación inicial del proyecto de parque fluvial permiten ver la luz al final del túnel, aunque éste tenga aún algunos años de recorrido.
La clave de la transformación de esta zona, a caballo entre Martutene y Loiola, y a la sombra de una prisión que inicia su cuenta atrás para su traslado a Zubieta (las últimas previsiones presupuestarias hablan de 2017), es el desarrollo urbanístico del nuevo Txomin. Las piezas empiezan a ensamblar. Y la urbanización del nuevo barrio es la clave de la bóveda. 1.300 nuevas viviendas (955 en la primera fase, antes del derribo de la cárcel) a casi 4 metros más de cota darán lugar a otra forma de vida. El gobierno municipal espera sacar a concurso las obras de urbanización antes de final de año. Si los derribos ya se han iniciado, los movimientos de tierras comenzarán el año que viene.
El proyecto de parque fluvial no se podrá materializar hasta que no se haya ejecutado parte de la urbanización de Txomin, incluyendo el vial central del nuevo barrio, paralelo al paseo de Antzieta, y el nuevo puente de Espartxo (costará 2,8 millones de euros y será cofinanciado por URA). El Ayuntamiento también tendrá que ejecutar el nuevo vial entre Loiola y Martutene (hay un anteproyecto, pero no proyecto de ejecución) elevando su cota a la del futuro barrio. Estos trabajos previos impiden atisbar la materilización del parque fluvial hasta la siguiente legislatura. Hace una semana se aprobó inicialmente el proyecto y durante el año que viene se tramitará su aprobación definitiva en la que intervendrán 11 administraciones o instituciones que tienen que informar el proyecto y podrían presentar alegaciones.
La transformación de la vega izquierda del Urumea entre el puente Lugañene (polígono 27) y el de Espartxo o de 'La Casera' persigue el objetivo de «trasladar al paseante a un espacio sugerente y sensorial en pleno dominio de la naturaleza», según dice la memoria del proyecto. Se trata de «reconquistar» 4 hectáreas de terreno a lo largo de 800 metros de la margen izquierda del Urumea. Una de las claves para entender en qué consiste el proyecto es el muro de escollera que delimitará el parque respecto del nuevo Txomin. La zona verde se plantea como una zona inundable cuando haya crecidas en el río. Este muro de 3,5 metros impedirá que agua inunde el nuevo barrio que estará bordeado por un vial ubicado a cota +7.
Esta inundabilidad del futuro parque ha obligado a replantear el convento de las Concepcionistas Franciscanas de Kristobaldegi, cuya ala más cercana al río será demolida y reconstruida en la zona opuesta. El convento dispondrá de un cierre permeable de chapa perforada que, permitirá la entrada de agua cuando haya crecidas, y que logrará «aislar el edificio y a la vez integrarlo» en el parque fluvial.
La zona verde tendrá cinco accesos desde el nuevo Txomin. «La intención es que el visitante pueda en todo momento acercarse al agua a través de pasarelas de madera o perderse por los numerosos senderos entre los bosquetes de ribera». Se distinguen varias zonas diferenciadas. Lo que se denomina «orilla urbana» es un paseo por el borde del vial que se asomará al parque «para el paseante que con prisa no dispone de tiempo para bajar pero disfruta visualmente del lugar». Hay un «itinerario paisajístico» que consiste en un paseo junto a un bidegorri que recorre 600 metros del parque «a través de vegetación privilegiada» tanto de ejemplares existentes como de plantaciones nuevas, y que permitirá desde hacer footing en plena naturaleza a 'perderse' para leer o escuchar música en recovecos seleccionados. El «paseo de ribera» pretende convertir al ciudadano en un «explorador de la orilla, hasta ahora ignorada en gran parte de esta zona del Urumea». Se dispondrán varios embarcaderos desde los que «disfrutar el río, avistar aves o bañarse».
El parque estará jalonado de zonas de estancia ubicadas en zonas estratégicas. Cerca del convento, en la zona central, se dispondrá de un gran área recreativa infantil. La extensión del parque permitirá además habilitar una gran campa verde (como una superficie parecida a la de un campo de fútbol) prácticamente «llana y despejada», solicitada por numerosos vecinos, al estilo de los espacios verdes de numerosos parques europeos donde se puede jugar, correr, leer o hacer un picnic.

Objetivo
Accesibilidad: Crear una zona de disfrute de la naturaleza accesible a todos, que acerque a los vecinos al río.
Presupuesto
Total: 4.167.549 euros.
Propuesta
Orilla urbana: Paseo por el vial que separará, mediante un muro de escollera, el parque del nuevo barrio, situado a 3,5 metros de altura respecto a la zona verde inundable.
Itinerario paisajístico: Paseo y bidegorri que discurrirán por diferentes zonas del parque a lo largo de 600 metros.
Paseo de ribera-humedal: Recorrido por la zona más próxima al río jalonada de plataformas de madera y embarcaderos.
Aingeru Munguia - Diario Vasco - 27-10-2013

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