ARTELEKU QUIERE SER LIBRE OTRA VEZ
Arteleku quiere aprovechar su 25 aniversario para limpiar
la casa. Literal y metafóricamente. La 'fábrica' del arte se recupera
por un lado de los efectos devastadores de las inundaciones que asolaron
la vega del Urumea y dañaron gravemente el edificio. Pero además, el
nuevo gobierno foral quiere «insuflar nuevos aires al centro y abrirlo a
la sociedad».
Para ello la Diputación, propietaria del edificio y del
proyecto, está dispuesta a dar un paso de calado: dejar en 'stand by' el
acuerdo que vincula el futuro de Arteleku con el desarrollo de
Tabakalera. «La falta de dirección artística en Tabakalera y el retraso
en ese proyecto nos llevan a aparcar la confluencia y devolver Arteleku a
su esencia como espacio para la creación», afirma Garazi Lopez de
Etxezarreta, directora foral de Cultura.
Y eso que Arteleku sigue sin director. «De momento no nos
planteamos buscar una nuevo», añade la directora de Cultura. «No
descartamos ninguna fórmula, incluso la autogestión de los propios
artistas y usuarios al frente del proyecto».
Tabakalera, en 'stand by'
Es un nuevo giro en una iniciativa que nació hace 25 años
como un experimento alternativo y novedoso, que alcanzó un enorme
prestigio en los años 90 al mando de Santi Eraso como termómetro de las
nuevas tendencias europeas y que en los últimos tiempos había entrado en
una fase de transición, vinculado al futuro de Tabakalera.
En la enrevesada historia de Tabakalera el penúltimo
capítulo pactado entre las instituciones preveía que Arteleku quedara
como «corazón del proyecto» a la espera de que se materializara el
centro de arte contemporáneo. Pero la nueva voluntad foral, explicitada
por primera vez en las declaraciones formuladas a DV por la nueva
directora de Cultura, Tabakalera se queda también sin corazón.
Pero viajemos al nacimiento del proyecto. Noviembre,
1986. ¿Berlín? No, barrio de Loiola de San Sebastián. Un viejo edificio
de la firma de suministros eléctricos Easo es reconvertido en 'fábrica
de arte' cuando ese concepto, luego tan utilizado, era aún sinónimo de
vanguardia . ¿Por qué aquí y así? «Porque era un lugar barato, quedaba
fuera del centro, lo que suponía mayor grado de autonomía, y reunía
todos los ingredientes para una iniciativa experimental», explica hoy
Santi Eraso, director de Arteleku desde casi el principio hasta el año
2006.
Eraso no duda en citar un nombre como protagonista del
nacimiento del proyecto: Imanol Murua, entonces diputado de Cultura como
miembro del PNV y después diputado general por EA. «Su amistad con
artistas como Jorge Oteiza o Nestor Basterretxea y su vinculación con
gente como Chillida, Juan Luis Zumeta o Vicente Ameztoy fueron
determinantes en su apuesta por un lugar así», recuerda Eraso y
corrobora la hoy directora de Cultura, Garari Lopez de Etxezarreta.
Referencia internacional
Ana Salaverría, técnico de la Diputación, fue la primera
directora de Arteleku durante unos meses, hasta la llegada de Eraso, que
ganó la oposición convocada al efecto. «Al principio Arteleku era como
una de esas viejas escuelas de artes y oficios pero un poco más
sofisticada», rememora Eraso. Los talleres de serigrafía y litografía
fueron los primeros, y enseguida llegó Zumeta con su propio taller o los
espacios dedicados a la piedra, los textiles o la fotografía.
Pero la década prodigiosa de Arteleku llega en los 90.
Crecen los talleres, se consolida la biblioteca como una referencia en
el exterior, nace la videoteca y empiezan, después, los seminarios de
cultura contemporánea por los que desfilarán las figuras emergentes del
pensamiento europeo.
A veces ante el desconocimiento o el escepticismo de los
propios vecinos Arteleku se convierte en marca de prestigio en España.
En los talleres de Angel Bados y Txomin Badiola se forja la nueva
generación de artistas vascos, de Asier Mendizabal a Ion Mikel Euba, de
Sergio Prego a Iban Salaberria. Antoni Muntadas lanza aquí algunas de
sus videocreaciones. Y Arteleku colabora con el artista Pepe Espaliú en
varias y sonadas acciones solidarias (incluida la celebrada en el Reina
Sofía en 1993) antes de su fallecimiento por sida.
Han sido muchos los hitos en estos 25 años. «Fuimos
pioneros en hablar de algunas prácticas feministas aplicadas al arte, en
hablar de derechos relacionados con la cultura digital e incluso en
utilizar fuera de la universidad el entonces naciente internet», explica
Santi Eraso. «Y siempre lo hemos hecho desde presupuestos modestos, con
el carácter de laboratorio alternativo».
El paso de pensadores por Arteleku dio especial
resonancia mediática al centro. En algunos casos de la mano de Francisco
Jarauta, desfilaron por el barrio de Loiola Jean Baudrillard, Jean
François Lyotard, Sami Nair o Ignacio Ramonet. «Aquí se habló de
globalización cuando el término aún no era de uso común», dice Eraso.
Un futuro abierto
Pero vivir de las glorias pasadas es justamente lo
contrario de lo que necesita un espacio que se quiere de vanguardia como
Arteleku. Eraso se fue en 2006 y le tomó el relevo Miren Eraso, luego
prematuramente fallecida a los 49 años.
Y entonces aparece Tabakalera. Arteleku sigue en
funcionamiento como espacio para artistas y talleres contemporáneos pero
la Diputación, el Gobierno Vasco y el Ayuntamiento de Donostia acuerdan
su inclusión en el gran proyecto cultural de Tabakalera. Ese
trasatlántico no acaba de arrancar y ahora la Diputación da un golpe
sobre la mesa: hay que mover Arteleku sin esperar a Tabakalera.
«Arteleku es un proyecto singular con una estupenda
trayectoria, pero en los últimos años ha faltado proyección e
integración en la sociedad», dice Garazi Lopez de Etxezarreta. «Hay que
abrirlo más a los artistas y a las nuevas generaciones», añade.
«La vinculación conceptual entre Arteleku y Tabakalera es
evidente, pero en un momento en el que falta el director cultural de
Tabakalera y se recortan los presupuestos, pensamos que el convenio hay
que dejarlo en 'stand by' y devolver autonomía a Arteleku para que siga
su propio camino», explica la directora de Cultura.
Lopez de Etxezarreta no oculta que «las inundaciones de
hace meses han supuesto, curiosamente, una revitalización de Arteleku:
los artistas, los trabajadores del centro e incluso personas no
implicadas en el centro se han volcado para limpiarlo y devolverle la
vida. La gente quiere Arteleku. Ahora funciona bien, con sus talleres,
su centro de documentación y el papel fundamental del 'dantzagunea', el
espacio de creación que utilizan las compañías de danza y que valoramos
muy positivamente. Pero hay que darle más vida sin descartar nada ante
el futuro: desde el traslado del edificio, forzado por los planes
urbanísticos del Ayuntamiento, hasta la propia autogestión en línea con
lo propuesto por Santi Eraso», concluye la responsable foral.
Y es que Eraso plantea que Arteleku siga siendo
vanguardia: ahora, como experimento en el modelo de gestión. «Los
propios artistas o usuarios del centro podrían constituirse en una
entidad que gestionara de manera independiente Arteleku», propone. «Es
una manera de seguir siendo referencia», agrega. «¿Por qué no refundar
Arteleku?»
Refundación: una manera rompedora de celebrar el 25 cumpleaños para un centro distinguido históricamente por experimental.
Mitxel Ezquiaga / DV 2012-02-12
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