sábado, 14 de julio de 2012

URUMEA, ESPACIO DE OCIO


"Ya se empieza a contemplar el Urumea como un espacio de ocio"
«Por primera vez, desde hace muchos años, se está empezando a ver al Urumea como un espacio de ocio, del que disfrutar. Hasta no hace mucho era uilizado para coger su agua -con diversos fines- y para lanzar a su cauce todos los detritus que generábamos los donostiarras». Así lo afirma Giuliano Mezzacasa (San Gregorio Nelle Alpi-Belluno, 1938), que llegó desde el norte de Italia a San Sebastián en 1968 y que entre sus muchos trabajos fotográficos sobre diferentes temas, se encuentra la exposición 'El Urumea desde Fagollaga hasta su desembocadura'. Se exhibe hasta el 27 de julio en la Casa de Cultura de Loiola.
Mezzacasa ha descendido y remontado el río durante muchos años, fotografiando el cauce sus orillas, la vegetación, los puentes, los caseríos -ya pocos-, las casas, las fábricas y los edificios industriales que se asoman a las aguas del Urumea, un río que nace en el navarro puerto de Ezkurra y que tras 40 kilómetros de recorrido muere en el Cantábrico, junto al Kursaal donostiarra. «El río ha sido muy importante en el devenir de la ciudad. Antes de su encauzamiento, en su marismas, y antes de llegar a ellas, había montones de caseríos dedicados a la agricultura o la pesca y también existían los astilleros donde se construían los barcos».
Tres 'urumeas'
El fotógrafo italiano habla de tres urumeas. «Desde Fagollaga hasta su nacimiento está la parte más salvaje donde se instalaron varias plantas hidroeléctricas que aprovechaban la fuerza del agua del río para generar electricidad. De Hernani a a Loiola las aguas bajan más calmas y aquí se dan los cultivos y los invernadores, sobre todo en Martutene. La vegetación en esta última zona es impresionante, lo que que ocurre es que no se ve a no ser que vayas en una embarcación. Para mí es una especie de Amazonas-Txiki. Luego ya desde Loiola y hasta la desembocadura está la parte urbana, acrecentada ahora con Riberas de Loiola y otras nuevas urbanizaciones y puentes».
La cincuenta y ocho fotografías que muestra la exposición de Mezzacasa son exhibidas de manera audiovisual . Un cañón de vídeo proyecta las imágenes con música de Tete Montoliu de fondo y con comentarios en cada foto del artista italiano.
Son imágenes tomadas desde los años 70 a la actualidad en las que aparecen elementos ya desparecidos, como la pasarela de Elorrabi -destruida tras las últimas inundaciones- o el recientemente derribado silvo-tolva de Lopetedi, junto al club Ur Kirolak, edificio donde se trataba la arena que recogían los areneros con sus gabarras.
Mezzacasa cree que «estamos fallando en la asignatura de conservación de elementos de la arquitectura industrial. Ha desaparecido prácticamente todo rastro de la actividad industrial que fue importante en la vida y desarrollo de la ciudad y en casos como este silvo-tola de 1941 se podía haber evitado su destrucción con un pequeño rodeo del nuevo camino de ribera. Así esta joya arquitectónica podía haberse convertido en un centro de información sobre el Urumea», lamenta.
Otras fotos curiosas de la muestra son los palacetes de la zona de Martutene, frente a los antiguos campos Elíseos, donde se organizaban bailes, fiestas y competiciones deportivas. «Estas casas de la Belle Epoque disponen de embarcaderos románticos que se asoman al río y que prácticamente sólo se ven desde el propio Urumea».
Además, en la exposición se puede leer el texto 'Nuestro Río' del poeta donostiarra Jorge González Aranguren, con el que ya trabajó Mezzasaca en el libro 'Itinerarios ociosos', un recorrido con fotos y textos por San Sebastián.
Javier Meaurio - Diario Vasco 2012-07-14

«Ya se empieza a contemplar el Urumea como un espacio de ocio»

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