"Iniciado ya el derribo de la estación de bombeo de aguas residuales de Loiola, quisiera que prestaseis atención a dos magníficas palmeras que hay delante, junto a la marquesina del autobús, y que Eduardo Carrasco plantó, junto con otras dos, hace unos 15 años, de semillas procedentes de Elche. Primero crecieron en nuestro balcón y cuando tuvieron una altura mínima, pasaron a su actual ubicación. Han sufrido de todo: mala tierra, constantes cortes de las máquinas corta césped y malos olores de la estación de aguas mencionada. Sin embargo, hoy son dos mágníficas palmeras que embellecen un barrio abandonado durante muchos años. Salvemos pues a estas dos sobrevivientes y que sirva este pequeño texto de reconocimiento a todos aquellos anónimos que cuidan de nuestro entorno generosamente.
Añadida por: Raquel
http://fotodenuncias.diariovasco.com/2011/12/30/sos-palmeras-loiola/"
Esas magníficas palmeras no tienen mayor valor que el de cualquier árbol ornamental. No cumplen ninguna otra función que alegrar la vista a quien las mira. Escasa cualidad para que alguien aluda a la protección del entorno como motivo para respetarlas. Lo que no quita que haya otros: son seres vivos que no causan ningún mal ni suponen ningún riesgo.
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